Este Informe
de Seguimiento de la Educación Para Todos en el Mundo nos recuerda que la
educación no estriba solo en velar por que todos los niños puedan asistir a la
escuela. Se trata de preparar a los jóvenes para la vida, dándoles
oportunidades de encontrar un trabajo digno, ganarse la vida, contribuir a sus
comunidades y sociedades y desarrollar su potencial. A nivel más general, se
trata de ayudar a los países a cultivar la fuerza de trabajo que necesitan para
crecer en la economía mundial.
Indudablemente se ha avanzado hacia el
cumplimiento de los seis objetivos de la EPT – incluida la ampliación de la
atención y la educación de la primera infancia y las mejoras en la paridad
entre los sexos en la enseñanza primaria. Sin embargo, cuando quedan tres años
para que se cumpla el plazo de 2015, el mundo todavía no va por buen camino. El
progreso hacia el cumplimiento de algunos objetivos está vacilando. El número
de niños no escolarizados se ha estancado por primera vez desde 2000. La
alfabetización de adultos y la calidad de la educación siguen exigiendo
progresos más rápidos todavía.
Algunas circunstancias recientes confieren
una urgencia aún mayor al logro de un acceso equitativo a los programas
adecuados de desarrollo de competencias. Con el rápido crecimiento de las
poblaciones urbanas, en especial en los países de ingresos bajos, los jóvenes
necesitan competencias para salir de la pobreza. En las zonas rurales, los
jóvenes requieren nuevos mecanismos para hacer frente al cambio climático y a
la disminución del tamaño de las explotaciones agrarias, y para aprovechar las
posibilidades de trabajo no agrícola. En este Informe se pone de manifiesto que
unos 200 millones de jóvenes necesitan una segunda oportunidad de adquirir las
nociones básicas en lectura, escritura y aritmética, que son esenciales para
adquirir nuevas competencias para el trabajo. En todo ello, las mujeres y los
pobres tropiezan con dificultades particulares.
Debemos percibir el número creciente de
jóvenes que están desempleados o encerrados en la pobreza como un llamamiento a
la acción: se deben satisfacer sus necesidades para el año 2015 y mantener el
impulso después de esa fecha. Podemos lograr que el primer ciclo de la
enseñanza secundaria sea universal para 2030, y tenemos que hacerlo.